Tradición
La DO Rioja es una tierra privilegiada, cuya historia se remonta a hace más de dos mil años. Un legado ancestral en las técnicas de viticultura, elaboración y crianza que le ha permitido afianzar la imagen internacional de prestigio de su amplia variedad de vinos.
Esta región es conocida por sus vinos tintos (el 90% principalmente Tempranillo y Garnacha, aunque también se cultiva variedades de Mazuelo y Graciano). Aunque menos conocidos, los vinos blancos de Rioja son muy valorados por su excepcional calidad Viura, Garnacha Blanca y Malvasía. Los más apreciados por los consumidores son los que están envejecidos en barrica – crianzas, reservas y grandes reservas que conservan la personalidad e individualidad propia zona.
Origen
La DO Rioja se subdivide en tres zonas diferenciadas por su orografía y su clima. La Rioja Alta, La Rioja Baja y la Rioja Alavesa. Unos 15.000 viticultores proveen de uva a las 600 bodegas la región. Las 65.000 hectáreas de viñedo surten de vino a los 130 países donde se exporta.
Situada en el valle del Ebro, la región que comprende la DO Rioja comienza en Haro y finaliza en Alfaro. 100k m de longitud por hasta 40 km de anchura que discurren paralelos a la ribera del río y se suceden dos climas, el mediterráneo y el atlántico, dentro de los cuales conviven muchos otros microclimas determinados por la propia orientación del terreno, altura y posición.
Diversidad
Toda esta diversidad permite crear un amplio abanico de vinos con personalidad diferenciada. Vinos con personalidad, entendidos en el marco de una identidad común reconocible, Rioja una tierra privilegiada.